10 lugares donde ir de vermut en Zaragoza

Guía práctica para disfrutar del vermut en Zaragoza (sin perderte)

Si hay algo que nos encanta en Zaragoza es juntarnos con los amigos para un buen vermut. Ese momento de quedar a media mañana o antes de comer, pedir un vermut casero bien servido, picar unas tapas y ponernos al día, es casi una tradición sagrada.   En realidad, el vermut en Zaragoza no es solo una bebida, es casi un ritual social. Es esa excusa perfecta para salir de casa, pasear por el centro o por tu barrio favorito y acabar en un bar con buena compañía. Hay quienes se lo toman como un aperitivo rápido y quienes alargan la mañana hasta casi la comida, porque claro, entre charla y charla, las rondas se alargan sin que te des cuenta.

En este artículo hemos reunido algunas de los mejores lugares donde ir de vermut en Zaragoza, sitios que merece la pena probar si quieres disfrutar del auténtico espíritu vermutero de la ciudad.

Y si eres más de cervezas, aquí tienes nuestras 15 recomendaciones de cervecerías top en Zaragoza.

1. Bodegas Almau, solera vermutera en el Tubo

bodegas almau

Hablar de Bodegas Almau es hablar de una casa con historia. Abrió sus puertas en el siglo XIX y, desde entonces, es sinónimo de “irse de vermut en Zaragoza”. En plena calle Estébanes, su barra respira tradición: madera, botellas y ese ambiente de Tubo que engancha. Aquí el aperitivo es un ritual que se vive sin prisas, con conversación y algo rico para acompañar.

La especialidad de la casa son las anchoas. Tienen la clásica (en vinagre), pero también combinaciones que sorprenden: con un toque de cazalla, con crema de aguacate y menta, con confitura de tomate y chocolate amargo, o incluso con crema de atún y tomate deshidratado. No es una carta “larga y rara”, es una carta con sentido: cada bocado está pensado para que el vermut luzca.

2. Mercado y Vermú, ultramarinos con barra para el aperitivo

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Este local junta dos mundos que se llevan de maravilla: la compra de producto y el vermú al momento. En su propuesta conviven panadería, charcutería, encurtidos, salazones, conservas, vinos y, cómo no, una vermoutería con alma de tendero de barrio. El trato es cercano y directo, como el de “la tienda de siempre”, pero con el toque actual que pide Zaragoza hoy.

La gracia del sitio está en que puedes elegir producto (banderillas, salazones, aceitunas, quesos…) y degustarlo allí mismo con tu copa. Si eres de los que disfrutan picando muchas cositas, aquí vas a estar feliz: pruebas, comparas, y te llevas ideas para casa.

Es el típico lugar que se disfruta sin presión: entras, curioseas, eliges dos o tres mordiscos y te montas tu mini maridaje.

3. Vinagre Rock, encurtidos y rock para un vermut con carácter

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Imagen obtenida a través de Google (@David H)

Su nombre lo dice todo: encurtidos y rock. Esta parada es básica en una ruta de vermuterías en Zaragoza si lo que te va es el ambiente animado, la barra viva y la música como telón de fondo. Se habla mucho de sus cañas, pero aquí el vermut de grifo entra de lujo con su selección de vinagrillos.

La propuesta no busca rizar el rizo: banderillas bien montadas, marinados y salmueras con buen producto. La rotación de clientes es alta (buena señal) y el servicio es atento, de esos que te recomiendan “lo que mejor está hoy”. Además, la decoración con portadas de vinilos le da ese punto nostálgico que encaja con el espíritu del local.

Si te gusta el aperitivo con personalidad, aquí vas a disfrutar. Pide unas banderillas, acompáñalas con tu vermut, y deja que la música haga el resto. Es directo, sabroso y honesto: justo lo que apetece a la hora del vermut.

  • Dónde: Calle Cortesías, 7.
  • Más información: Facebook.

4. La Republicana, vintage, cuchara y vermut con encanto

la republicana

Pocas barras en Zaragoza tienen tanta atmósfera como La Republicana. Es entrar y viajar en el tiempo: objetos antiguos, estanterías llenas de historias y ese toque vintage que le queda tan bien. Pero aquí no todo es estética; la cocina manda. Encontrarás ensaladilla rusa, albóndigas y platos de cuchara, además de tapas que son ya un clásico.

Para el vermut, acierta siempre su cebollita confitada de hojaldre con queso azul, el montadito de jamón o la famosa bomba rellena de patata, carne y verduras. También tienen la conocida “verbena de tapas”: una selección variada con 12 bocados que te soluciona el picoteo sin tener que pensar mucho. Y si eres de puchero del día, también lo trabajan.

Todos los ingredientes para un vermut con sobremesa, tranquilo y con platos que reconfortan. Ven a saborear el Tubo con calma: aquí el aperitivo se convierte en una comida en miniatura, con sabor de casa de comidas de toda la vida.

5. Vermutería La Cabecita Loca, casi 100 vermuts y canelones gigantes

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Imagen obtenida a través de Google (@Albert Tasty)

Si quieres una carta de vermuts amplia de verdad, apunta este nombre. En La Cabecita Loca manejan casi 100 referencias traídas de distintos rincones: italianos como Del Professore, gallegos como Lodeiros o Petroni, y más. Lo mejor es que eligen y rotan con criterio, asesorados, para que siempre tengas algo nuevo que probar.

La comida tiene sello propio: montaditos en pan de cristal y sus canelones gigantes, con el de rabo de toro a la salsa de Oporto como estrella absoluta. Es cocina pensada para compartir, ideal si vas con amigos y queréis probar varias cosas mientras hacéis ronda de vermuts.

Si tu plan es aprender, comparar y disfrutar del vermut con calma, este es uno de los imprescindibles de las vermuterías de Zaragoza.

  • Dónde: Calle de Juan José Lorente, 17.
  • Más informaciónInstagram.

6. Pepinillo Bar & Tapas, encurtidos y ensaladilla “con su pepinillo”

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En el Mercado de San Miguel encontrarás este bar que entiende el vermut como lo que es: la casa de los encurtidos. Su vitrina larga invita a elegir banderillas, anchoas en salmuera y otros clásicos que combinan perfecto con la copa. La ensaladilla lleva trocitos de pepinillo (guiño del nombre) y completa un picoteo fresco y muy de aperitivo.

Su cocina es tradicional, con apoyo de cazuelitas como carrilleras o perdiz escabechada para quien quiera algo caliente. Es un local práctico y cercano donde puedes montar tu ración a medida: un par de banderillas, una anchoa, una cazuela y listo. Además, es pet friendly, detalle que muchos agradecen a la hora de quedar con amigos.

  • Dónde: Calle. de San Miguel, 14.
  • Más información: Instagram.

7. Doña Gilda, el vermut del Actur con tapas que enganchan

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Imagen obtenida a través de Google (@Noemí Abad Mercadal)

Doña Gilda es el sitio al que vas una vez y repites. En el Actur se ha ganado un hueco gracias a su barra con tapas muy cuidadas. Lo que más me llama la atención es su jamón batido y el jamón con puerro, dos bocados que funcionan de maravilla con el vermut.

También hay sitio para propuestas diferentes, como la tostada de tocino con base de bacalao y tomate natural, rematada con el toque del soplete. La música acompaña sin molestar, y el equipo es atento, de esos que hacen que te sientas a gusto desde que entras.

Perfecto para quedar con amigos del barrio, empezar con algo frío y, si se alarga, pasar a un par de raciones sin perder el ritmo.

  • Dónde: Calle de Alberto Duce, 8.
  • Más información: 976 96 53 28

8. Bar Cervino, croquetas y vermut en La Almozara

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Imagen obtenida a través de Google (@Iván Reyes Tena)

El Bar Cervino es una tasca aragonesa con personalidad: baldosas antiguas, madera con años y carteles que parecen sacados de otra época. Forma parte del paisaje de La Almozara, y su encanto está en esa mezcla de autenticidad y barra pequeña donde todo sucede cerca

La carta es breve, pero con perlas: la hamburguesa de ternasco, el langostino con panko, los huevos rellenos (de lacón o de pollo con jamón) y, sobre todo, sus croquetas, famosas por ser cremosas y con tropezones marcados. Todo pensado para acompañar el vermut con bocado sabroso y sin enredos.

Si te atraen los bares con carácter de barrio y cocina sincera, este es tu sitio. Es el tipo de lugar donde una ronda se convierte en dos sin darte cuenta. Vermut bien servido, raciones cortas pero con pegada, y esa cercanía que hace que la visita se quede en la memoria.

9. Casa Dominó, cuna del jamón batido y montaditos con personalidad

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Imagen obtenida a través de Google (@Ana dom)

Si hay un nombre que suena alto cuando se habla de vermut en Zaragoza, ese es Casa Dominó. Es una tasca pintoresca y acogedora que presume —con razón— de ser la casa donde nació la tapa de jamón batido. Su barra reúne tablas de quesos (25 tipos) y embutidos, y una lista abundante de montaditos fríos y calientes.

Entre los gratinados, encontrarás combinaciones como paté de oliva con camembert fundido, salsa de trufa, morcilla de Jabugo con piquillo o versiones con queso. Entre los que no van al horno, hay cabrales a la sidra, chorizo picante batido o cecina con emulsión de tomate. Todo con ese sello de “tradicionalmente diferentes”: sabores de siempre con un punto creativo.

La filosofía es clara: calidad y trato por encima de todo, con una carta que evoluciona sin perder su esencia.

10. La Peña, barra de fritos, “huevo gamba” y terraza tranquila

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Imagen obtenida a través de Google (@Xorxe V)

La Peña es uno de esos bares que el barrio valora y recomienda. Lo suyo es el vermut sencillo y bien hecho, con una barra muy surtida de fritos y raciones que sorprenden por lo que ofrecen. Se habla mucho de su huevo gamba (imprescindible) y de clásicos como las madejas o el jamón con chorreras.

El local es pequeño, pero tiene una terraza recogida que viene de perlas cuando hace bueno. Los precios son muy buenos y el ambiente, cercano. Es de esos lugares donde el vermut puede ser el plan o la antesala de una comida de tapas sin complicaciones.

  • Dónde: Calle de María Moliner, 19.
  • Más información: Facebook.

Consejos rápidos para ir de vermut en Zaragoza

  • Hora clave: entre 12:00 y 14:00 es el tramo más vermutero.

  • Comparte: pide 2–3 tapas distintas y pruébalas a medias.

  • Encurtidos + vermut: combinación ganadora para empezar.

  • Si te gusta probar: en La Cabecita Loca tienes variedad de vermuts para explorar estilos.

  • Plan de barrio: Doña Gilda (Actur) y La Peña son ideales si quieres ambiente local.

El vermut en Zaragoza es una costumbre viva: barras con historia, encurtidos que enamoran y locales que han sabido actualizar el ritual sin perder su esencia. Con estas diez paradas tienes una ruta fiable, variada y sabrosa por vermuterías de Zaragoza. Elige dos o tres, monta tu aperitivo y disfruta: aquí el tiempo sabe mejor con una copa y una tapa.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son las mejores vermuterías en Zaragoza para empezar?

Si te gusta la tradición, Bodegas Almau y La Republicana son apuestas seguras. Si prefieres variedad para comparar estilos, La Cabecita Loca destaca por su carta amplia. Para ambiente de barrio, Doña Gilda (Actur) y La Peña funcionan muy bien.

¿Qué tapas combinan mejor con el vermut?

Clásicos como banderillas, encurtidos y anchoas (Bodegas Almau, Pepinillo Bar & Tapas) son ideales. También funcionan montaditos (Casa Dominó) y fritos de barra (La Peña). Si quieres algo más potente, prueba canelones gigantes en La Cabecita Loca.

¿Dónde encontrar encurtidos buenos en Zaragoza para el vermut?

En Pepinillo Bar & Tapas la vitrina es protagonista, con banderillas y anchoas. Vinagre Rock también es referencia de vinagrillos y salmueras para acompañar el vermut de grifo.

Quiero probar vermuts diferentes, ¿qué sitio elegir?

Por variedad, la parada clave es Vermutería La Cabecita Loca: manejan casi 100 referencias y rotan opciones italianas y gallegas, entre otras. Es perfecta para descubrir estilos y maridar con montaditos o sus canelones.

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