Cómo hacer que dos días sean horas en Villanúa
Hoy os traemos una escapada completita, y es que un finde en la montaña da para mucho, y más si vas a un pueblo con tantas actividades y cosas para hacer. Este fin de semana cogimos el coche hacia Villanúa y, sin darnos cuenta, ya nos teníamos que volver. Pero bueno, os contamos desde el principio.
Dado que teníamos “poco tiempo”, ya íbamos con el finde planificado. Llegamos el viernes por la noche, cenar, dormir y cargar energías para el día siguiente. Cuando nos levantamos lucía un sol radiante, desayunamos y nos fuimos a Canfranc. Queríamos visitar la estación internacional de 1928, increíble. Ah ¿Qué aún no la habéis visitado? Os recomendamos las visitas guiadas que organiza la oficina de turismo, no os las perdáis. Pasear por ese pueblecito, a 10 minutos de Villanúa, es como trasladarte al pasado, descubrimos un poquito más de la historia pirenaica.
Esa misma mañana, antes de comer, volvimos a Villanúa para tomar el vermut y ver un poco más de este pueblo, encantador. Envuelto por las montañas del valle de Aragón, el Monte Lierde y el Pico de la Selva, en esta villa se respira paz y tranquilidad. Cayó la típica cervecica y su correspondientes gambas rebozadas del Asador José (donde se come de vicio).
De allí fuimos a un sitio mágico, Villanovilla, a otros 10 minutos de Villanúa (pasando por Castiello de Jaca). ¿Nuestro objetivo? Comer en el Albergue d’a Garcipollera. Un restaurante alejado de la civilización pero que siempre está lleno (reservamos el miércoles y sólo quedaba una mesa libre). Ensalada de codillo, revuelto de berenjenas, caracoles con ali-oli, chuletón de kilo y medio, bizcocho a la naranja, helado de queso, tarta de queso con mermelada de frambuesa y sopa de chocolate blanco, ¿hace falta decir cómo estaba todo?.
Reposamos la comida dando un paseo por Villanovilla, sus vistas nos dejaron con la boca abierta. Volvimos a Villanúa, siesta de pijama y orinal, y al siguiente planazo, visita a la Cueva de las Güixas. La visita consistía en lo siguiente: visitar el centro de interpretación subterránea, donde a través de una exposición y una proyección de vídeo te explican su historia y las leyendas del Alto Aragón que se construyeron alrededor de ellas. Después, se pasa a la acción. Acompañado de un guía subes por un sendero en la montaña hasta llegar a las cuevas moldeadas por la acción del agua subterránea. Te cuentan cómo las güixas (o las brujas) se reunían en las cuevas para hacer sus aquelarres. Casi podías verlas conspirando allí dentro, montándose en sus escobas para salir por una chimenea natural y dirigirse al pueblo para cometer atrocidades.
Una vez terminó la visita, nos duchamos, nos arreglamos y nos fuimos a la metrópolis del valle de Aragón por excelencia, ¿cuál? Jaca, por supuesto. Estaba preciosa, el verano le sienta muy bien. Paseamos por la ciudadela, la calle Mayor, la plaza de la Iglesia y tapeamos, como si estuviéramos en “el tubo” zaragozano (cómo no, pasamos por la Campanilla a comernos la mítica patata asada). Cenamos y a casa a dormir, al día siguiente nos esperaba un día duro.
Por fin nos íbamos de excursión. Botas, cantimplora, bastón de trecking, salchichón, navaja y ¡en marcha!. Desde el pueblo de Villanúa subimos hacia el Pico de la selva, una ruta espectacular que os contaremos en un post dedicado, para dejaros con los dientes largos.
Sólo nos quedaba un último plan, y no por ello el menos importante, ¡disfrutar de las tirolinas de Aventura Pirineos del Juncaral!. Vaya locura, derroche de adrenalina constante. 72 juegos en árboles y 16 tirolinas repartidos en 5 circuitos de aventura: Infantil, Kids, Explorador, Aventura y Deportivo. ¿Te atreves a pasarlos todos, como hicimos nosotros? También había otras actividades que, por falta de tiempo y exceso de cansancio, no pudimos hacer, como por ejemplo el paseo en caballo, fútbol golf, tiro con arco, canoas o láser combat.
Tocaba recoger, ya valía. Volvimos a casa con una sonrisa dibujada en la cara, y con un agotamiento de los que gustan, de esos que han sido provocados por un estado de felicidad constante, ya sabes de lo que hablo.
Villanúa, un lugar donde no sólo escaparte un finde, sino podrías pasar una semana, o incluso un mes entero, y todavía te quedarían cosas por hacer. Si quieres sentir la satisfacción de haber vivido experiencias que te llevas para toda la vida, os recomendamos Villanúa. Ya sabes, los recuerdos que tienes no son de los momentos rutinarios, como por ejemplo estar sentado en tu oficina, sino de este tipo de vivencias.
¡Que tengas un buen día en Villanúa!
Datos de interés:
Dónde: Villanúa, Huesca, Aragón (ver ubicación)
Cuánto:
- Visita guiada a la cueva de las Güixas: 8 € (6,50 € para niños y jubilados)
- Visita guiada a la Estación internacional de Canfranc: 3 €
- Circuitos de tirolinas Aventura Pirineos: Niños 14-16 €, Juniors 16-18 €, Adultos 18-20 €
Qúe ver: Los pueblecitos de alrededor, rutas en las inmediaciones del pueblo, Aventura Pirineos y sus actividades, la Cueva de las Güixas, y las pozas que deja el río Aragón a su paso por Villanúa.
Más información: turismo@villanua.net | 974 378 465 (centro de interpretación subterránea) | Web Aventura Pirineos