De sitio en sitio y tiro porque me toca

Nos hicimos sitio en Ginger Fizz y Doble 11

No hace mucho nos invitaron a un evento de algo que no habíamos oído nunca, una asociación de restaurantes y bares de la Plaza de Los Sitios de Zaragoza. Parecía molar bastante, una buena imagen de marca y un buen discurso detrás. Se presentaron ante nosotros en el Gran Hotel, casi nada, con un ágape exquisito e incluso un show de improvisación teatral de la mano de Brainstorming (bastante tronchante). Pero, ¿qué pretende exactamente esta asociación, “de sitio en sitio”?

Torrija con helado de vainilla, Doble 11

Si alguna vez has cenado en la Plaza de los Sitios, te habrás encontrado con la mejor zona gastronómica de Zaragoza, sin duda. Ésta asociación hostelera pretende darle un valor añadido, ¿cómo? muy fácil (aunque difícil a la vez), uniéndose y creciendo juntos para ofrecerte la mejor experiencia gastronómica.

En este evento ya nos dieron un pequeño adelanto, un vermú aragonés buenísimo (exclusivo para los establecimientos de “de sitio en sitio” y autóctono 100%), El Gendarme. Pero queríamos más, así que al siguiente día decidimos ir, nunca mejor dicho, de sitio en sitio. Ginger Fizz Bar y Doble 11 (uno enfrente del otro y otro enfrente del uno) fueron los dos afortunados XD.

Vermú aragonés El Gendarme

Ginger Fizz es uno de los lugares donde te hacen sentir como en casa, cálido pero con una frescura especial. Nada más entrar nos topamos con una pared de césped vertical, esto prometía. La decoración del local no hacía más que sorprendernos, allá donde mirábamos nos quedábamos embobados, pero bueno, nosotros fuimos directos a por los cocktails (no había tiempo para sushis, pero dicen que los hacen increíbles), y ¡qué cocktails!. Acompañados de una buena sesión de música con dj en directo, disfrutamos del especial Ginger Fizz, un mojito de fresa y un Cocotang (tendrás que probarlo para saber qué es XD). Nos fuimos muy contentos pero, como siempre, con ganas de más.

Jardín vertical de Ginger Fizz Bar Cócteles Ginger Fizz Bar

Después de pasar por caja, directos a Doble 11. Sentimos algo parecido a un dejávu al toparnos con un árbol gigante dentro del local nada más entrar. Un lugar con mucho encanto y mejor comida si cabe. Nos hartamos de comer. Al ser 4 personas decidimos probar todos todo y así tener una opinión global. La verdad es que no nos podemos quejar, es difícil irte de un restaurante sin haberle sacado pegas al menos a uno de los platos. Exquisitos, esa es la palabra: ensalada de queso de cabra y nueces (para abrir estómago), huevos rotos con foie, jamón y trufa (¿hace falta que te lo describa?), canelón de gallina trufada con salsa de setas (increíble), tartar de carne (más sabrosa de lo que esperamos) y torrija con helado de vainilla (tan rica como la torrija de tu abuela, pero totalmente diferente). Pero, en mi opinión, lo mejor fue el trato. La amabilidad y simpatía de un amigo sin ser pesado, unido a un servicio rápido, eficaz y cuidadoso.

Interior de Doble 11 Huevos rotos con foie, trufas y jamón, Doble 11

Esta fue nuestra experiencia. Ahora sólo falta que vivas la tuya propia. Nosotros seguiremos yendo de sitio en sitio esperando que nos sorprendan aún más, para contártelo luego. Felices fiestas y…

¡Que tengas un buen día en Zaragoza! 😉