Una voz diabólica en Zaragoza fue noticia mundial

El duende de Zaragoza

Hoy os traemos una curiosidad que nombramos en el artículo de los 5 misterios de Zaragoza, pero que merece ser estudiada más a fondo, y ya veréis por qué. Pocas veces se ha hablado de este caso sin precedentes en la parapsicología mundial. Una historia verdaderamente espeluznante que a día de hoy sigue sin explicación. El suceso puso en jaque al gobierno alterando el orden público, y llamó la atención de medios como la BBC británica, The Washington Post o la Movietone-FOX. ¿Te atreves a saber más? Esta es la historia de “El duende de Zaragoza”:

Hornillo desde donde aparecía la voz

23 septiembre de 1934, 6:30 de la mañana. Todos duermen en el edificio de Gascón de Gotor número 2, pero de repente una siniestra carcajada se escucha en las escaleras del portal. La risa sonó durante varios minutos. Los vecinos se levantaron de la cama y salieron de sus casas, pero ahí no había nadie. Con el paso de los días, todos lo olvidaron.

20 de noviembre, 7 de la mañana. Pascuala Alcocer, la joven criada de 16 años de la familia Grijalba en el 2º dcha, se levanta para preparar algo de comer. Al remover con el gancho las brasas del hornillo de la cocina escuchó algo, una voz distante. Todos dormían menos ella, y no dijo nada para no despertar a la familia. Volvió a remover las brasas y se escuchó: ¡Que me haces daño!, y después, esa misma voz masculina soltó una carcajada.

La criada, asustada, corrió hacia la vecina del 2º izda. y cuando las dos entraron a la cocina fueron recibidas por la voz: ¡Luz, que no veo!. Los gritos de las mujeres despertaron a toda la casa y acudió toda la familia a la cocina. Pascuala les contó que hace semanas se manifestaba pero no dijo nada para no preocuparles. El cabeza de familia abrió el hornillo y surgió de nuevo la voz: ¡María, María!. En unos minutos llegó el propietario de la casa Antonio Palazón que, mientras les miraba con descrédito, intentó comprobar los hechos rasgando el conducto de humo del hornillo, pero no se escuchaba nada. Al segundo intento, rascando con más fuerza, se oyeron quejidos de la voz, que empezó a gritar los nombres de los presentes, no falló ni uno. Tras unas horas la voz dejó de escucharse pero, esa noche a las 21:00, Pascuala apagó las luces y escuchó en el pasillo: Adiós…

Policía de Zaragoza rasgando el hornillo. Fuente: zaragozaayeryhoy.com

No llamaron a la policía para no empañar la imagen de la familia. Se limitaron a hacer como que no había pasado nada, pero los rumores se propagaron, la prensa local se empezó a hacer eco del suceso y la gente se agolpaba en la calle. El primer agente que llegó a la casa se burlaba de todo ello, creyendo que se trataba de histeria colectiva. Entró en la cocina, cogió el gancho, rasgó el hornillo y se escuchó de nuevo: !Ai! ¡Que me haces daño!. Parecía que la voz estaba cada vez más furiosa.

Trajeron al arquitecto para descartar irregularidades del edificio que causase sonoridad excesiva en el conducto de la chimenea, y cuando quiso tomar medidas de los conductos, la voz gritó: ¡Mide 15 cm!. El pánico inundó la casa. Exactamente medía 15 cm. 10 minutos después llegó la policía armada, cuyo objetivo era desmantelar la presunta broma. Cuantos más agentes, funcionarios, médicos e investigadores escarbaban, más desafiante era la voz.

En la noche surgió de nuevo el grito: ¡Para qué tanta policía!. Algunos agentes sacaron sus armas, apuntando a la nada. Entre el 20 y 23 de noviembre la policía y la guardia de asalto inspeccionaron el edificio, mientras el pueblo se agrupaba en los alrededores del portal para escuchar la voz. Era tal la cantidad de curiosos, que las autoridades tuvieron que intervenir desalojando a la multitud. Dentro del edificio ocurría lo mismo, hubo un momento en que pensaron que el edificio iba a venirse abajo, con la cantidad de agentes, curiosos y profesionales que entraban y salían del piso durante las 24 h.

Bloque Gascón de Gotor 2

Las brigadas policiales levantaron el suelo y el techo en busca de cables o dispositivos buscando desesperadamente una explicación a este asunto, pero nada. Cortaron antenas de radio de la azotea, toda la instalación eléctrica, revisaron los conductos de ventilación y las tuberías de agua, no llegaron a ninguna conclusión. Una vez el edificio “limpio”, la voz se manifestó otra vez: ¡Cuánta policía, qué cobardía!

Al día siguiente, se dió la orden de desalojar el edificio, y habiéndose examinado cualquier conexión con el exterior hasta 8 veces, varios agentes quedaron en la cocina apuntando hacia la hornilla esperando a que sonara de nuevo la voz, y de nuevo: ¡Aquí estoy ya! ¡Cobardes, cobardes!.

En el exterior reinaba el desconcierto, nada explicaba el fenómeno. Se pidió al juez de guardia que interviniera, el cual dió la orden de vigilancia permanente y la creación de una comisión de investigación médica, por si se tratase de una especie de psiquismo. En la comisión se dieron cuenta de que la única persona presente en todas las manifestaciones de la voz era la criada, así que las sospechas recayeron sobre ella, diciendo que tenía ventriloquía inconsciente de orden histérica. Pascuala fue llevada a su pueblo, pero en ausencia suya, la voz siguió manifestándose. Descubrieron que la voz tenía predilección por los niños así que, intentando que el duende hablara, trajeron al pequeño Arturo Grijalba, él le dijo: Tú estás chalao, y la voz le respondió: Chalao no pequeño, chalao no…

Prensa local haciendose eco de la noticia

En una ocasión preguntaron a la voz cuántas personas había en la casa y la voz acertó diciendo 8. Al cabo de unos días volvieron a hacer la pregunta y volvió a acertar diciendo 13. – ¿Quieres dinero? – No – ¿Trabajo? – No – ¿Qué quieres hombre? – Nada, ¡no soy hombre!. La última vez que la voz gritó con fuerza lo hizo ante un grupo de inspectores: «¡Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa, cobardes! ¡Cobardes!»

De repente, cuando el suceso ya era conocido por todos, intervino el gobierno. El gobernador civil escribió una nota de prensa haciendo un llamamiento a la calma para que no cundiera el pánico, diciendo que se encontraría al culpable del incidente. Poco a poco la prensa iba hablando menos del tema, la presión del gobierno hizo mella y se dió el caso cerrado a la fuerza, pero el fenómeno no pudo ser explicado bajo ninguna ley física conocida. El duende de Zaragoza siguió haciendo de las suyas, incluso una espiritista falleció al intentar contactar con el ente, pero se olvidó con el paso de los años… Poco después de los extraños sucesos que tuvieron lugar, estalló la guerra civil y con ella desapareció el interés.

¿Qué os parece esta historia espeluznante? Os podemos decir que fue 100% real, así lo dicen las actas policiales de la época, pero a día de hoy, no sabemos de qué extraño ser se trataba. Esperemos que os haya gustado y que podáis dormir esta noche 😉

¡Hasta el próximo post!

Fuente: Blog oficial David Parcerisa

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